Equipa a la iglesia con las herramientas necesarias para construir un seto de protección bloqueando el acceso del enemigo a nuestro mundo y abriendo una puerta al reino celestial. La batalla es por el corazón del hombre y es allí donde se debe romper el mal. Con una visión profética, el autor arroja una luz que disipa la oscuridad y, al mismo tiempo, ilumina el alma.